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PRESENTACIÓN
Ana Mª Martín Solar
ARTÍCULO CLÁSICO
Proyecto de Psicología (Parte I)
Sigmund Freud
ARTÍCULOS MONOGRÁFICOS
Destino de los traumatismos precoces: Continuidades y Discontinuidades del devenir
François Ansermet
Discusión: Destinos de los traumas precoces
Rafael Cruz Roche
Neuroplasticidad
J.Javier Fernández Soriano
¿Que es el neuropsicoanálisis?
Mark Solms y Oliver Turnbul
Convergencias actuales entre la neurociencia y el psicoanálisis
Cecilio Paniagua
RESEÑA
Neurociencia y afectividad. La psicología de Juan Rof Carballo
Ernesto López Gómez
Nº 88 (digital) NEUROCIENCIAS Y PSICOANALISIS
Queremos bajo el tema Neurociencia y Psicoanálisis, inaugurar no
sólo un nuevo número de la revista del Instituto, sino también una
nueva andadura en el desarrollo y contenidos de la misma. Desde
que por primera vez se iniciaran las publicaciones científicas del Instituto, primero con el formato de boletín allá por Enero de 1978 para pasar posteriormente al formato revista tal como lo conocemos en la actualidad en 1980, han pasado evidentemente muchos años. A lo largo de éstos, diferentes profesionales vinculados y siempre cercanos a la misión del Instituto han llevado a cabo la tarea de dirección de la Revista, empezando con el Dr. Juan Rof Carballo, sobre la vida del cuál reseñamos un libro en este número de la revista, pasando por la Dra. Silvia Pérez Galdós, entre otros, hasta su último director el Dr. Benigno Prado, que es actualmente el presidente del Instituto. Es este el motivo por el que tomo su relevo, con la ilusión de poder continuar y mejorar en la medida de lo posible, la calidad de la revista, tanto en sus aspectos formales como en los contenidos científicos que en ella se publiquen.En este sentido de progreso, es indudable, que Neurociencia y Psicoanálisis, son materias, que tanto por las huestes de acólitos a favor de su íntima relación, como por aquellos que rechazan toda posibilidad de entendimiento entre ellas, se encuentran en el candelero del panorama científico y culto de la sociedad actual.
Como suele ser viniendo habitual, introducimos el número con un artículo clásico, podríamos decir en este caso, fuente, origen y principio primero del tema que abordamos. El proyecto de una psicología para neurólogos de Sigmund Freud, es sin duda pertinente aquí dado que fue la incapacidad de poder seguir avanzando en la explicación de ciertos fenómenos psíquicos desde la medicina y la investigación neurofisiológica, lo que permitió heurísticamente a Freud consolidar el psicoanálisis como una nueva metodología de investigación, a parte también de su concepción del psicoanálisis como técnica de tratamiento y como cuerpo de conocimiento psicológico. En cualquier caso, tal como dice el científico Eric Kandel, el que fuera premio Nobel de medicina
en el año 2002 en su magnífico libro En busca de la memoria.
El nacimiento de una nueva ciencia de la mente: “…Si hubiera sido
posible obtener imágenes del cerebro en 1895, cuando Freud escribió su “Proyecto de psicología para neurólogos” es probable que hubiera orientado el psicoanálisis por otros rumbos, manteniendo la estrecha relación con la biología que esbozó en ese ensayo”. Queda claro, que Kandel pronostica ese destino del psicoanálisis en base a una probabilidad. Sin embargo, lo que sí parece más evidente, es que en los tiempos que corren, prescindir de un cierto y necesario entendimiento entre estas dos disciplinas, resta mucho más que suma, en la complicada comprensión del funcionamiento de la mente humana.En aras de la mejor compresión de este funcionamiento, el Dr. François Ansermet nos ofrece en su trabajo titulado “Destinos de los traumatismos precoces: Continuidades y discontinuidades del devenir”, una clarificadora exposición acerca, entre otras cosas, de la problemática de la causalidad psíquica. El autor, iniciando su trabajo con su concepción de traumatismo temprano como ausencia de respuesta del otro y por lo tanto ausencia de huella psíquica, pasa a plantear en relación al destino del traumatismo precoz, nuevas formas de pensar la relación causa y efecto, alejándose del determinismo lineal y acercándose al binomio continuidad-discontinuidad para dar razón tanto de la plasticidad del devenir
como de la neuronal. Esta plasticidad implicaría por un lado la
continuidad necesaria para la conservación y por otro la discontinuidad, fundamental para el cambio o la transformación. En esta misma paradoja inserta en el fenómeno de la plasticidad, se encuentra la memoria, tan clasificada y tantas veces definida desde distintas perspectivas, olvidándose a menudo de su sentido más complejo y abarcativo en la mente humana. Como dice el gran poeta Ángel Valente cuando habla acerca del acto de la creación: ”Crear, en suma, lo que es ya ruina, duración, la piedra fracturada; entra no ya en el hoy, sino directamente en la memoria.El Dr. Ansermet propone así, una ampliación del estatuto de la causalidad psíquica, llegando de esta forma ella misma, a modificar la propia red neuronal.
El siguiente artículo es la discusión que el Dr. Rafael Cruz Roche
hizo al trabajo de François Ansermet en las Jornadas que sobre
“Plasticidad neuronal, memoria e inconsciente”, tuvieron lugar en
Madrid el pasado mes de octubre. Cruz Roche comienza sus comentarios mostrando un sincero agradecimiento y una franca cercanía al discurrir del pensamiento de Ansermet, profunda identificación dice aquel. Posteriormente pasa a realizar unas oportunas reflexiones sobre la plasticidad neuronal, partiendo de la clásica distinción de Anna Freud entre conflicto y déficit, para continuar recorriendo y ampliando conceptos fundantes del pensamiento en esta ocasión freudiano, como las series complementarias, la hilfl ösigkeit (desamparo originario) y la función protectora de la huella mnémica como primer paso en lo psicológico, entre otros. El autor resalta una idea a mi modo de ver, importantísima del trabajo de Ansermet que es la de que existe una correlación, pero no una identificación entre un determinado estado cerebral y un estado psíquico.Por otro lado, y apelando a la teoría de la complejidad, el Dr. Cruz
propone ésta como herramienta de ayuda a la hora de comprender las paradojas inevitables e inherentes en el funcionamiento mental del ser humano. Retomar también el acercamiento que Cruz Roche hace al tema que nos ocupa a través de sus palabras: “La neurociencia da a la percepción como una forma de investimento afectivo de la realidad” a lo que yo añadiría: “lo que quizás permite que la subjetividad adquiera el peso y la importancia que en verdad tiene, en los “asuntos” de relevancia científica”.El Dr. Javier Fernández Soriano, otro de los ponentes de dichas jornadas, nos ofrece, desde su vasto conocimiento de la biología y la
neurología, sus propias reflexiones acerca de las neurociencias, campo al que viene dedicando su atención y estudio de forma profunda y desde hace largo tiempo. Por otra parte, también nos muestra su faceta de “historiador” de la neurociencia en nuestro país, reivindicando la figura de D. Santiago Ramón y Cajal, como pionero en el estudio de la neuroplasticidad, junto a otros histólogos españoles apasionados por dicho estudio. No en vano, no olvidemos aquella famosa máxima de Ramón y Cajal que decía: “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”.“¿Qué es el neuropsicoanálisis?” es el siguiente trabajo que nos presentan Mark Solms y Olivier Turnbull. A Mark Solms, psicoanalista ampliamente reconocido a nivel internacional por su interés en unir el conocimiento proporcionado por la teoría psicoanalítica con el generado por la ciencia neurológica, se le considera el primer autor en acuñar el término “neuropsicoanálisis”. En el artículo, se reflexiona y discrimina, de forma interdisciplinar y pormenorizada sobre qué es y qué no es el neuropsicoanálisis, ofreciendo una sólida fundamentación desde distintas perspectivas, la histórica, la filosófica y la científica.
El Dr. Cecilio Paniagua, nos ofrece en su artículo “Convergencias
actuales entre la neurociencia y el psicoanálisis”, justamente lo que
de común tienen esas dos disciplinas. Con un muy buen criterio clarificador, el autor se va deslizando por diferentes aspectos que atañen a ambos campos. Desde la memoria, la especialización hemisférica, pasando por la percepción inconsciente, la consciencia limitada, el genoma y aprendizaje, hasta arribar a la biología de la psicoterapia, el caso de los sueños y por último la mente y el cerebro, Paniagua acaba por concluir que “la mente es un epifenómeno del funcionamiento cerebral”. En este sentido, por cierto, plenamente de acuerdo con la propuesta del Dr. Ansermet, y utilizando la imagen “ El trueno sigue al relámpago, pero el trueno no es el relámpago” finaliza aseverando que “las secuencias causa-efecto no son sinónimas de identidad”. Quedan de esta forma delimitadas las fronteras de la neurociencia y el psicoanálisis, sin que ello signifique una imposibilidad de entendimiento entre ambas. Diría más bien al contrario, seguramente ese hecho constata una oportunidad, que puede permitir un diálogo interdisciplinar muchísimo más fecundo.Por último, resaltar la reseña de nuestra revista, que en esta ocasión,
nos va a permitir también cerrar este número doblemente. Por un
lado porque su título y su contenido “Neurociencia y afectividad”
concierne directamente a este monográfico y por otro, porque sirve
de homenaje al Dr. Juan Rof Carballo, figura prominente de la historia científica española, médico, ensayista y considerado además padre de la medicina psicosomática en España. De hecho, a parte de ser el fundador de la revista del Instituto, fue el fundador y primer presidente del IEPPM. Ernesto López, reseña así el libro escrito por Consuelo Martínez Priego sobre como entendía la neurociencia y la afectividad el Dr. Rof Carballo.Dar por terminada esta presentación, agradeciendo primero a los lectores (socios, suscriptores y todos los lectores curiosos e interesados en el apasionante tema que nos concierne en esta publicación) la dedicación de su tiempo. Después, alentando a todos ellos a presentar sus ideas, trabajos y reflexiones para alimentar el pensamiento y la labor cotidiana psicoanalíticos que nos permitan así, un mayor avance en su comprensión científica. Y, finalmente, relanzar, quizás a la manera de reto científico, el problema de la conciencia, que tan difícil ha resultado desde siempre definir y acotar, a todas las disciplinas en las que se incluía como objeto de estudio. No sin razón, ya dijo Sigmund Freud en su obra el Yo y el Ello, que “La única antorcha en la obscuridad de la psicología de las profundidades es la propiedad de ser o no consciente”.
Ana María Martín Solar
Directora
anammsolar@gmail.com