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Presentación 
Ana María Martín Solar

 

Confusión de lengua entre los adultos y el niño

Sandor Ferenczi

 

Volver a pensar al trauma en la relación psicoanalítica

Maria Grazia Fusacchia

 

Menores delincuentes: una aproximación psicoanalítica
Ana María Martín Solar

 

Los trastornos mentales severos desde el punto de vista psicoanalítico: Una perspectiva históricaJoaquín Ingelmo Fernández y José Antonio Méndez Ruiz

 

Freud, la transferencia y su posición ante el tratamiento psicoanalítico de la psicosis
Manuel Alejandre Serrano

 

 

Nº 83 (digital)Visiones de lo traumático

10,00 €Precio
  •  

    Es nuestra intención con este nuevo número de la revista del Instituto, abordar, tal como sugiere su título “Visiones de lo traumático”, el amplio espectro de la gravedad en la Salud Mental.

    Acercarse al asunto de lo traumático, se hace necesario siempre,
    pero quizás hoy más que nunca, dada la alta intensidad, diríamos
    voltaje, de las consecuencias de los actuales cuadros psicopatológicos.

    En la aproximación al corpus contemporáneo del trauma, es
    inevitable recordar que, Freud desarrolló su teoría acerca del trauma,
    en sus dos conocidos tiempos de conceptualización de éste, a
    la luz de una dinámica de lo intrapsíquico. La posterior teorización
    ferencziana, en la que se combinaba la primera teoría freudiana
    del trauma con un enfoque interpersonal de relaciones de objeto,
    introdujo y favoreció la apertura a nuevos aspectos clínicos en la
    comprensión del trauma y sus vicisitudes. Es por ello, que inauguramos este número con un clásico de nuestros escritos, como
    es Confusión de lenguas entre los adultos y el niño, conferencia
    pronunciada por Sandor Ferenczi en 1932, en la que ya con una
    magnifica intuición adelantaba lo que hemos podido ir comprobando, posteriormente, e incluso de “rabiosa actualidad” hoy en día, que la identificación con el agresor es un funcionamiento que
    se activa, en principio, como defensa, aunque al alto precio de la
    renuncia a partes esenciales de uno mismo.

    En este sentido, Maria Grazia Fusacchia nos alienta con su reflexión
    en Volver a pensar el trauma en la relación psicoanalítica, a
    profundizar clínica y teóricamente sobre este complejo tema que
    nos ocupa. La autora deja traslucir su verdadero compromiso con
    su labor analítica a través de algunas viñetas clínicas con sus pacientes, donde las situaciones traumáticas por abuso sexual ponen en evidencia la dificultad de “lidiar” con la intensidad de este tipo de sufrimiento psíquico. Así, Maria Grazia realiza un recorrido por el concepto de identificación con el agresor y las implicaciones
    que el uso de esta identificación tiene en la relación transferencial,
    poniendo especialmente de relieve el rol de la sexualidad del analista en estos tratamientos. Por otro lado, nos describe también,como las dinámicas psíquicas parentales patológicas, irrumpen en la psique de los niños dejando ”huellas insidiosas” que inevitablemente están destinadas a provocar repeticiones traumáticas.Una forma de expresión, entre otras, de esas “huellas insidiosas”puede ser el comportamiento delincuencial por parte de los menores, del que justamente habla Ana María Martín Solar en su artículo Menores delincuentes: Una aproximación psicoanalítica.En él, la autora transita desde los motivos que originan el  comportamiento delictivo, en la mayoría de las ocasiones a la manera del“sesgo demoniaco del vivenciar” freudiano, en el cual muchos deestos menores se ven atrapados, siendo la delincuencia el destino persecutorio al que incesantemente se ven abocados, hasta laimportancia que la escucha (y mirada) psicoanalítica tiene en el abordaje de esta particular problemática. Este abordaje más que referido al tratamiento psicoanalítico “al uso”, alude a la necesidad de implementar la escucha y miradas psicoanalíticas como herramientas de plena validez en el ámbito social, que es el lugar donde habitualmente se afrontan las tareas de ayuda a estos menores.Cuestión por otra parte, perfectamente aplicable a otros “colectivos”así “clasificados” en la actualidad, como son las personas con serios problemas de adicción a tóxicos, las personas que sufren maltrato físico y psíquico por diversas razones, etc.Para completar este acercamiento a la gravedad en la salud mental, Joaquín Ingelmo y José Antonio Méndez, nos aportan la perspectiva histórica en su artículo Los trastornos mentales severos desde el punto de vista psicoanalítico. En este trabajo, realizado de forma minuciosa y con gran detalle de interesantes referencias bibliográficas, los autores recorren las diferentes teorizaciones de todos aquellos psicoanalistas que han contribuido al conocimiento y abordaje terapéutico de los trastornos mentales severos. De esta forma, van avanzando desde la comprensión freudiana de los trastornos graves basada en el concepto de narcisismo, con la renegación y la escisión del yo como baluartes, pasando por la identificación proyectiva kleiniana, el concepto de forclusión de Lacan,los psicólogos del self, entre otros, hasta el denominado modelo del déficit con Killingmo y las investigaciones en neurociencias con el planteamiento de un inconsciente emocional.

    Clausura este número Manuel Alexandre Serrano, con su trabajo
    Freud, la transferencia y su posición ante el tratamiento psicoanalítico
    de la psicosis
    , en el cual revisa el concepto de transferencia y su relación con las diferentes patologías, en especial con la psicosis, a lo largo de la obra freudiana. Se nos hacía necesario este artículo por cuanto muestra, las grandes dificultades del manejo de la transferencia con aquellos pacientes severamente traumatizados.
    El autor, como ya hiciera previamente Freud al confiar en la posibilidad de poder tratar psicoanalíticamente en un futuro
    a los pacientes psicóticos, deja abierta la puerta a seguir pensando
    como abordar estos tratamientos rescatando los aspectos no
    psicóticos y más sanos de la personalidad de estos pacientes.

    No queremos terminar esta presentación, sin comentar que nos
    encontramos de lleno con la necesidad de comprender, aún más
    a fondo si cabe, todo el desarrollo del contenido que el trauma
    puede llegar a significar teórica y emocionalmente. Esto es, desde
    el traumatismo como consecuencia del resentimiento fundante en
    los primeros años de la vida, hasta los traumas derivados de situaciones traumatógenas “per se”, como las catástrofes naturales,
    los grandes y graves accidentes, los atentados, matanzas masivas
    y tantos otros.

    Creemos que en ese recorrido, está contenida precisamente toda la intensidad que el efecto de lo traumático puede ejercer en el ser humano. Quizás por ello, y en parte está en nuestras manos, debamos hoy más que nunca, continuar estudiando así como reunir el coraje para adentrarnos en las consecuencias que para muchos pacientes tienen esas situaciones, podríamos decir, traumatolíticas. Esperemos que en esta ocasión, el contenido de la revista sea suficientemente estimulante como para poner en marcha el interés por el tema.

    Ana María Martín Solar

    Subdirectora

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